He sentido el horizonte mas lejano que nunca, mas infinito, abriendo un abismo en mi interior. El otoño confiere un nuevo y sobrenatural aspecto al paisaje marino.
Los pies se me hundían en la arena como si quisiera retenerme y yo buscaba lejos un sentimiento perdido.
El mar parecía impacientarse ante mi desinterés y lanzaba sus olas cada vez con mas arrojo hasta captar mi atención.
En el silencio, uno descubre nuevos sonidos, nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, en el silencio interior además, a uno le crecen nuevas sombras…
En lo profundo de mi ser reconozco todo lo que me inquieta y lo que crece en mi, por eso el mar, siempre amable, alza sus brazos de espuma para recoger mis lágrimas.
(Y te dije adiós con la mirada perdida, intentando despertar de un sueño que nunca tuve. )